La energía eólica es una de las tecnologías más baratas para obtener
energías renovables.
Puede competir con las nuevas plantas de carbón y es más barata que las nuevas
centrales nucleares. El coste de la energía eólica varía en función de numerosos
factores.
De media, un
parque eólico en un buen emplazamiento puede costar entre 4 y 5 céntimos
de euro por unidad, mientras que la energía nuclear cuesta entre 5 y 9
céntimos, aunque en este coste no están internalizados los costes de desguace de
la planta, de descontaminación y de transporte,
y almacenaje de los residuos nucleares. Esta internalización de los
costes hace que la generación de electricidad a través de la eólica sea la más
barata.
Realmente, ¿cómo funciona un aerogenerador o una planta de aerogeneradores?
En realidad, un aerogenerador es una aeroturbina (turbina que utiliza
el aire para su accionamiento) utilizada para
hacer funcionar un generador eléctrico. Su función es convertir la energía cinética
del viento en energía eléctrica, según nos explica Emilien Simonot, desde
el departamento técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
Existen diferentes tipos de aerogeneradores pero los más utilizados,
y también los más eficientes, son los llamados «tri-palas de eje
horizontal».
Según Simonet, «las góndolas se colocan sobre una torre debido a que
la
velocidad del viento aumenta con la altura. Además, se procura situarlos lejos
de obstáculos (árboles, edificios, etc.) que creen turbulencias en el
aire y en lugares donde el viento sopla con una intensidad parecida todo el
tiempo, para que su rendimiento sea el óptimo».
Los aerogeneradores producen electricidad aprovechando
la energía natural del viento para impulsar un generador. El viento es
una fuente de
energía limpia, sostenible que nunca se agota, y la transformación de su
energía cinética en energía eléctrica no produce emisiones.
Los aerogeneradores son la evolución natural de los molinos de viento
y hoy en día son aparatos de
alta tecnología. La mayoría de turbinas genera electricidad desde que el
viento logra una velocidad de entre 3 y 4 metros por segundo, genera
una potencia máxima de 15 metros por segundo y se desconecta para prevenir
daños cuando hay tormentas
con vientos que soplan a velocidades medias superiores a 25 metros por
segundo durante un intervalo temporal de 10 minutos.
Los aerogeneradores empiezan a funcionar cuando el viento alcanza una
velocidad de 3 a 4 metros por segundo, y llega a la máxima producción
de electricidad con un viento de unos 13 a 14 metros por
segundo. Si el viento es muy fuerte, por ejemplo de 25 metros por segundo
como velocidad media durante 10 minutos, los aerogeneradores se paran por motivos de
seguridad.
«Una turbina funciona justo al contrario que un ventilador»
La manera más
simple de explicarlo es decir que una turbina funciona justo
al contrario que un ventilador. Mientras el ventilador utiliza electricidad
para hacer viento, la turbina utiliza el viento para hacer electricidad.
Casi todos los aerogeneradores están formados por palas que rotan
alrededor de un centro
horizontal. El centro está conectado a una caja de cambios y a un
generador, que están
situados en el interior de la góndola. La góndola es la parte más grande que
hay en lo alto de la torre, donde se concentran todos los componentes mecánicos
y la mayor parte de los componentes eléctricos.
La mayoría de turbinas tienen tres palas que se encaran hacia el
viento. El viento hace rodar las palas, que hacen girar el eje, y esto se
conecta al generador, que convierte el movimiento en
electricidad. Un generador es, pues, una máquina que produce energía
eléctrica a partir de energía mecánica, justo lo contrario que un motor
eléctrico.
La energía del generador, de 690 voltios, pasa por un transformador
para adaptarla al voltaje necesario de la red de distribución, generalmente de entre 20 y 132
kilovoltios. Las redes regionales de distribución eléctrica reparten la
energía por todo el país, tanto para hogares como negocios.
Desde la Asociación Empresarial Eólica, Emilien Simonot la energía
eólica se emplea, fundamentalmente, para generar electricidad que se
entrega a la red, por eso lo habitual es instalar varios aerogeneradores
juntos, que forman un parque eólico.
Así se
aprovechan mejor los recursos de viento del lugar, se reducen los costes de
instalación, se construyen menos líneas eléctricas y se reducen los impactos
ambientales.
«Se sitúan sobre todo en cimas de colinas o en zonas costeras»
Existen centros
de control para uno, varios o muchos parques eólicos que regulan la
puesta en marcha de los aerogeneradores, controlan la energía que producen en
cada momento, reciben partes meteorológicos, etc.
Para que puedan ser construidos, los parques eólicos deben someterse
a un estudio de impacto
ambiental previo. Este estudio incluye el impacto de las obras y de los
tendidos eléctricos, afectaciones a la fauna y flora, o impacto visual. También
se analiza si pueden perjudicar a los valores culturales e históricos de la
zona.
Tanto los aerogeneradores terrestres como los marinos tienen en la
parte superior de la góndola dos instrumentos que miden la velocidad y la dirección
del viento. Cuando el viento cambia de dirección, los motores giran la
góndola y las palas se mueven con ella para ponerse de cara al viento. Las aspas
también se inclinan o se
ponen en ángulo para asegurar que se extrae la cantidad óptima de energía
a partir del viento.
Toda esta
información queda grabada en los ordenadores y se transmite a un centro
de control. En los parques eólicos, que son agrupaciones de más de un
aerogenerador, hay
entre 0 y 6 personas trabajando físicamente, en función de la cantidad de
aerogeneradores. Cada aerogenerador es revisado periódicamente. Los ordenadores
controlan los diferentes
componentes de la turbina y, si detectan un problema, hacen que la
turbina deje de funcionar y alertan a un técnico o ingeniero para que la revise.
Los rotores pueden tener más de 90 metros de diámetro
Las torres suelen tener forma de tubo y están hechas de acero,
generalmente pintado de gris. Algunas son de hormigón. Las palas están hechas de fibra de vidrio
con un corazón de madera. Son de color gris claro porque es lo que menos
se ve en la mayoría de condiciones de luz. El acabado es mate, para reducir los
reflejos.
Los grandes
aerogeneradores modernos tienen rotores de más de 90 metros de diámetro,
mientras que las más pequeñas, que son
las que se instalan habitualmente en países en vías de desarrollo, tienen
rotores de unos 30 metros de diámetro. Las torres tienen entre 25 y 100 metros
de altura.
En cuanto a las cifras que aporta este tipo de energía en España, y
según el avance de 2013 del operador del sistema, Red Eléctrica de España
(REE), la cobertura de la demanda con eólica ha sido del 21,1%.
La producción eólica en 2013 ha sido de 53.926 GWh, un 12% más que en
el 2012. Según los cálculos de la Asociación Empresarial Eólica, esta
generación es suficiente
para abastecer a 15,5 millones de hogares medios españoles. Es decir,
prácticamente todos
No hay comentarios:
Publicar un comentario